Símbolo de Hermanos Hernáiz

Emperatriz Eugenia de Montijo, su historia, nuestra historia

Finca la Emperatriz no es un nombre casual. Se debe a la Emperatriz Eugenia de Montijo, esposa de Napoleón III y propietaria en la segunda mitad del siglo XIX de esta finca de viñedo en Baños de Rioja.

Los vinos de la finca han gozado de exquisita reputación desde entonces, debido a su gran calidad y al sumo cuidado puesto en su elaboración. Prueba de tal éxito son los premios recibidos en París en 1878 y en Haro en 1884. Un firme propósito de elaborar vinos de calidad excepcional que ha perdurado desde entonces.

 

¿Quién fue la Emperatriz Eugenia de Montijo?

María Eugenia Ignacia Agustina de Palafox-Portocarrero de Guzmán y Kirkpatrick nació en Granada, en el seno de una familia aristócrata y afrancesada, el 5 de mayo de 1826. Condesa de Baños y de Teba, era la menor de las dos hijas de Cipriano Palafox, Duque de Peñaranda y Grande de España, quien, en su juventud, sirvió a las órdenes de Napoleón I.

Su figura está estrechamente relacionada con diferentes casas reales y familias aristocráticas: la hermana mayor de la Emperatriz Eugenia de Montijo, Francisca, se casó con el Duque de Alba, y Eugenia de Montijo fue madrina de la princesa inglesa Victoria de Battenberg, quien con el tiempo se convertiría en la esposa de Alfonso XIII.

En 1853 Eugenia de Montijo contrajo matrimonio con Napoleón III, sobrino de Napoleón Bonaparte, Presidente de la II República Francesa (1848-1852) y Emperador de los franceses (1852-1870). Un matrimonio con luces y sombras del que nació, en 1856, un único hijo: Luis Napoleón.

Tras la caída del segundo imperio y la proclamación de la 3ª República Francesa, la familia se exilió a Inglaterra en 1870, donde Napoleón III murió tres años más tarde. Su hijo, sin embargo, sufrió un destino trágico, falleciendo con tan solo 21 años de edad en las guerras anglo-zulúes de Sudáfrica. En 1920 La Emperatriz Eugenia de Montijo falleció en el Palacio de Liria, en Madrid. Tenía entonces 94 años de edad.

Diploma de la medalla de plata del concurso de vinos de la Exposición universal de 1878
Diploma de la medalla de plata del concurso de vinos de la Exposición universal de 1878
Diploma de la villa de Haro de 1878 a la condesa de Teba y Baños.
Reproducción de pintura de Eugenia de Montijo esposa de Napoleón III

Eugenia de Montijo, una personalidad incomparable

La Emperatriz Eugenia de Montijo fue una de las figuras más importantes e influyentes de su época y, sin duda, una mujer adelantada al tiempo que le tocó vivir.

Abiertamente interesada en los asuntos políticos de su marido, a quién asesoraba en numerosas ocasiones con aciertos y desaciertos, llegó a ocupar la regencia hasta en tres ocasiones durante las ausencias de Napoleón III.

Promovió las investigaciones de Louis Pasteur y apoyó financieramente la obra del Canal de Suez. El papel que ocupaba, su belleza y su elegancia, propiciaron que su figura tuviera una fuerte influencia en las tendencias de moda de la época. Marcas como Louis Vuitton o Guerlain dieron sus primeros pasos de la mano de la Emperatriz Eugenia de Montijo.

En el mundo del vino, el matrimonio también jugó un papel importante ya que fue Napoleón III quién estableció en 1855 la Clasificación Oficial del vino de Burdeos en “crus”. Ordenación que sigue estando vigente hoy en día, sin que apenas haya habido cambios desde entonces.

La Emperatriz era propietaria de una singular finca de viñedo situada en Rioja

De la Emperatriz Eugenia de Montijo a los Hernáiz

Como la Emperatriz Eugenia de Montijo falleció sin descendencia, su patrimonio fue a parar a manos de su hermana Francisca, casada con Jacobo Fitz-James Stuart, Duque de Alba. Por tanto, el feudo de Montijo, que incluía la finca de Baños de Rioja, pasaría finalmente a uno de los cuatro hijos del matrimonio.

El feudo se dividió y vendió por separado, siendo la finca de Baños de Rioja adquirida por unos industriales vascos para, posteriormente, pasar a ser propiedad del Conde de Torremuzquiz, a quien acabaría adquiriendo la finca la familia Hernáiz en 1996.

Eduardo y Victor Hernáiz  en la bodega